Considerada durante años como un pescado sin gran valor nutricional, la sardina compite con el resto de pescados nobles teniendo, por ejemplo, más omega 3 que el salmón.
Previene algunas enfermedades del corazón y es una ayuda a tener en cuenta para la memoria y los huesos. Para tener una idea, una sardina tiene más calcio que un vaso de leche.
Con lo pequeña que puede ser de tamaño la sardina es enorme en términos nutritivos. Además de los referidos en omega 3 y el calcio, también es muy rica en proteínas, vitamina D y vitamina B12.
Dicen los expertos que se deben comer asadas o a la parrilla, pero nunca frita porque destruye las principales propiedades.